PEGA D&E : NUESTRA HISTORIA

PEGA D&E : NUESTRA HISTORIA

UN EQUIPO, UNA OBSESIÓN

Somos un grupo de apasionados unidos por un mismo deseo: transformar los instantes en luz. El ingeniero buscaba una precisión mínima, la diseñadora buscaba una silueta familiar, el artesano pulía cada arista, la poetisa ponía palabras a lo que la lámpara evocaba. Cada uno aportó su parte de ciencia y sensibilidad. En medio, un objeto tomó forma, agradable a la vista, sólido al tacto, evidente sobre una mesa como un libro favorito.

LA FORMA QUE TRANQUILIZA

Elegimos una esfera generosa, casi frutal, porque a la mano le gustan las curvas, porque el ojo descansa en los volúmenes redondeados. El material difunde la luz sin aplastarla. Se adivina la fuente, no se enfrenta. La base ancla el conjunto, gira suavemente y permite colocar la lámpara en ángulo para orientar el halo hacia la página, la pared o la planta situada cerca de la ventana. Cada ángulo transmite un ambiente diferente.

EL COLOR, LENGUA MATERNA DE LA CASA

El color no es un efecto, es un estado de ánimo. Hemos trabajado con tonos que combinan bien entre sí, blancos que respetan el papel, rojos que no saturan, azules que invitan a la calma, amarillos que calientan sin quemar. La lámpara pasa de un toque pastel a una presencia más afirmada, siempre con una continuidad fluida. Por la noche, se convierte en compañera de lectura. Por la mañana, despierta los gestos con suavidad. En plena noche, es una luz discreta que no deslumbra.

EL GESTO ANTES QUE LA TECNOLOGÍA

Bastaba con un gesto. Coger la lámpara, colocarla, inclinarla. Hemos ocultado la complejidad para quedarnos solo con lo evidente. El botón responde sin caprichos, la variación se realiza con precisión, la memoria de las últimas preferencias evita los ajustes interminables. La batería dura varios días de idas y venidas, la carga es sencilla y el tiempo de espera se olvida. La tecnología sirve, nunca se impone.

EN EL TALLER, EL TIEMPO TIENE OTRO RITMO

Algunos prototipos tenían destellos demasiado intensos, otros tonos demasiado tímidos. Hemos aprendido a escuchar el material, a combinar la textura de la esfera con la potencia de los LED, a suavizar las transiciones para que la vista no se canse. Cada fracaso ha dejado una huella útil, cada éxito ha abierto una puerta. Una noche, la lámpara proyectó sobre un libro un rojo claro y preciso, el mismo que el de la cubierta colocada al fondo de la habitación. Supimos que estábamos cerca de la meta.

MÁS QUE UN OBJETO, UNA PRESENCIA

La lámpara ocupa el espacio sin dominarlo. Encuentra su lugar en un escritorio, en una mesita de noche, en una estantería junto a una fotografía. Reúne los elementos de una habitación que nos gustan: libros, postales, plantas. Nos hace compañía sin parlotear. Los invitados la ven, la cogen, sonríen. Un objeto bien logrado no necesita largas explicaciones, se entiende a primera vista, se domestica al primer contacto.

PARA QUÉ MOMENTOS

  • Para leer, una luz blanca cálida que respeta el papel y los ojos.
  • Para cocinar hasta tarde, una luz ámbar relajante que deja flotar las conversaciones.
  • Para una oficina, un tono neutro que concentra sin enfriar.
  • Para los recuerdos, un halo que retoma el color de una foto favorita.
  • Para los niños, una luz tranquilizadora que se apaga suavemente.

UNA PROMESA CUMPLIDA

Queríamos una lámpara que acompañara la vida cotidiana, no un gadget más. Duradera, reparable, respetuosa con los materiales y los gestos. Un objeto pensado para quedarse. El tiempo acabará por suavizar la esfera, por patinar la base, por inscribir su uso en su piel. Es el acabado más bonito, el que no se fabrica, el que usted crea.

ENCENDER ES ELEGIR EL AMBIENTE

Basta con un contacto. La habitación cambia, las paredes respiran de otra manera, la página atrae la mirada, la noche encuentra su ritmo. Nuestra lámpara no solo iluminará su mesa. Iluminará su forma de vivir, sus hábitos, sus rituales, sus recuerdos. Cada día aportará un matiz nuevo, discreto, preciso, fiel a lo que le gusta. Bienvenido. Acérquese, tómela en sus manos, inclínela hacia lo que quiera ver mejor. Deje que la luz cuente su historia.

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